El puente de los Peligros o puente Viejo
es un puente de piedra en arco sobre el río Segura, finalizado en 1742 y situado en la ciudad de Murcia (Región de Murcia, España).
Es el más antiguo de los que hoy se conservan en la ciudad, de lo que se deriva el nombre de puente Viejo, en contraposición al Puente Nuevo o de Hierro construido en 1903. La denominación popular de puente de los Peligros se debe a la presencia a su lado de una hornacina que guarda la imagen de una virgen denominada de los Peligros, de profunda veneración en la ciudad.
El Templete de la Virgen de los Peligros. El autor de esta popular construcción neoclásica situada en el lado sur del puente, en la orilla del Barrio del Carmen, y que guarda la imagen de la Virgen de los Peligros es Carlos Cayetano Ballester (1769-1839), que sucedió como profesor de arquitectura de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Murcia al también arquitecto Lorenzo Alonso.
Los murcianos conservan gran devoción por esta imagen mariana, persignándose cada vez que cruzan el puente.
Tanto el puente como la Virgen de los Peligros aparecen nombrados en la popular zarzuela La alegría de la huerta (1900) de Federico Chueca, más concretamente en el pasaje Jota y Final.
Calidad artesanal y diseño distintivo
Cada pieza es elaborada manualmente, utilizando técnicas tradicionales que garantizan un acabado único y especial. La dedicación puesta en cada detalle refleja nuestra pasión por la artesanía y el respeto por los valores culturales que el Puente Viejo representa. La chapa es perfecta para decorar, regalar o coleccionar, mostrando tu aprecio por la belleza histórica de la ciudad. Su diseño exclusivo convierte este accesorio en un artículo que destaca y cuenta una historia que trasciende generaciones.
Un regalo perfecto para los amantes de la historia y la cultura
Si estás buscando un regalo significativo para alguien especial, esta chapa artesanal es una elección ideal. Ya sea para residentes que quieran llevar un pedazo de su ciudad consigo o para turistas que deseen recordar su visita, este homenaje al Puente Viejo tiene un significado profundo. Además, su acabado hecho a mano asegura que cada pieza tenga personalidad única, diferenciándose de los productos fabricados en masa. Es más que un producto; es una conexión con el pasado y la belleza del presente.